domingo, 27 de octubre de 2013

El ángel de Pompeya


!Saicarg sahcum¡ !Ogima asac us áres erpmeis oicapse etse¡
 Sortoson ed onu adac somos euq y oleic le ne nátse on selegná sol euq atneuc somaírad son, sám ocop nu somarázilibisnes son olós nat is.

@Malhadado Rs le ólager em euq laer aicneirepxe anu, sartel satse ritrapmoc ed otsug le ognet.


El ángel de Pompeya



Este jueves 24 de octubre en la mañana manejaba rumbo a V.Alsina para visitar un cliente, eran las 9.30 cuando me detuve en el semáforo de Av Sáenz y Rabannal.

Mientras esperaba, observo sobre la vereda un par de viejos colchones cubiertos con estropeadas mantas.

 Alguien estaba durmiendo allí.

Veo acercarse a la escena a dos hombres jóvenes, noté que eran obreros, de aspecto humilde, con un par de bolsas del mercado en sus manos.
Con movimientos lentos, como no queriendo molestar empezaron a poner alimentos entre los colchones y debajo de las sucias mantas, por
un momento me pareció estar contemplando un par de ángeles. 

Era una escena que me cuesta mucho describir, me quedé allí inmóvil esos segundos me parecieron eternos. En ese instante observé a una de las mantas abrirse, un niño se asomó. Su rostro era una mezcla de temor y asombro, calculé que tendría entre 8 y 10 años. Me hizo acordar a mi hijo, y creo que a todos los hijos del mundo. 

Inmediatamente
uno de los ángeles levantó su mano y acarició su rostro, creo que nunca en mi vida observé una imagen tan tierna. El niño le devolvió una
mirada de afecto, en la cara del pequeño se dibujó una sonrisa. Yo también sonreí. Las bocinas empezaron a sonar a mis espaldas, también
escuché algunos insultos. 
Aceleré con esa rara mezcla de tristeza y furia, cruce el puente y lloré todo el camino hasta llegar a mi destino.

-Buen día, le dije a mi cliente, disculpe la demora había mucho tráfico.


Aquel
(Saicarg)