Si aún no ha
pasado el bisturí por tu piel, si no tienes implantes de silicona en alguna
parte de tu cuerpo, si los rollitos no te generan trauma, si tu estatura no afecta tu desarrollo personal, si
cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una
toalla durante horas o tapada ocultando tu cuerpo, si crees que la
fidelidad es posible y la practicas, si
sabes cómo se prepara un arroz, si puedes preparar un almuerzo completo con
postre, si tu prioridad no es ser rubia a como de lugar, si no te levantas a
las 4:00 a.m. para llegar de primera al gimnasio, si puedes salir con ropa de
gimnasia tranquila a la calle un domingo sin una gota de maquillaje en el
rostro...
ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN... Eres una
mujer exquisita!
Una mujer
exquisita no es aquélla que más hombres tiene a sus pies; sino aquélla que
tiene uno sólo que la hace realmente feliz. Una mujer hermosa no es la más
joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más
llamativo; es aquélla que con tan sólo una franca y abierta sonrisa, con una
simple caricia y un buen consejo puede alegrarte la vida. Una mujer valiosa no
es aquélla que tiene más títulos, ni más cargos académicos. Una mujer exquisita
no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy
ardientes... y los que estamos fuera de foco somos los hombres); sino la que
vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama. Una mujer interesante
no es aquélla que se siente halagada al ser admirada por su belleza y
elegancia; es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un HOMBRE... UN HOMBRE EXQUISITO
Es aquél que
valora a una mujer así. Que se siente orgulloso de tenerla como compañera...
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento... Que
lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y tender la
ropa, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes...
La verdad,
compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser "muy machas"
nos llevan
un gran recorrido...
¡Qué tontos
hemos sido -y somos- cuando valoramos el "regalo" solamente por la
vistosidad de su empaque!
Tonto y mil
veces tonto el hombre que come bagazo en la calle, teniendo un exquisito manjar
en su casa.
(GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ)